Goyo, hoy tengo malas noticias
Consuelo Ordóñez, presidenta de COVITE
Querido hermano, hoy
tengo malas noticias. Uno de los que contribuyeron a matarte, a ti
y a otros cientos, ocupa desde el martes el escaño que te arrebataron a balazos en
aquel restaurante donde comiste por última vez. No le conozco y tampoco le
había visto antes. Se llama Iker Casanova, es de Baracaldo y tiene 41 años, 15
menos que los que tú hubieras cumplido el próximo mes de julio.
Ayer, cuando
leí que un condenado por terrorismo volvía al Parlamento Vasco, no pude evitar
acordarme de ti. Tampoco de tus compañeros socialistas en la Cámara de
Vitoria Enrique Casas y Fernando Buesa. Al primero lo mataron a tiros en su
propia casa; al segundo lo asesinaron con 25 kilos de explosivos y bolas de
metralla que también se llevaron por delante la vida de su escolta Jorge, un
chaval de 26 años.
He pensado en vosotros
e inmediatamente en las palabras que esa gran mujer Pilar Ruiz,
madre de mi querido amigo Joseba Pagaza, le dijo a Patxi López cuando
éste se encontraba reunido encabezando una delegación del PSE con Batasuna, en
el hotel Amara Plaza de San Sebastián: “Ya no me quedan dudas de que
cerrarás más veces los ojos y dirás y harás muchas más cosas que me helarán la
sangre, llamando a las cosas por los nombres que no son”. Desde
entonces ha llovido mucho. Joseba, como tú, fue asesinado a tiros y la Batasuna
de entonces –el brazo político de ETA–ha vuelto al Parlamento Vasco para
decirnos todos los días que lamentan que ETA os matase, pero que vuestras
muertes fueron parte de una estrategia legítima, noble y hasta honorable.
Tú, Enrique, Fernando,
Jorge, Joseba… Vuestros asesinatos se han convertido en los
méritos que un parlamentario vasco debe alcanzar para ser designado miembro de
la Cámara de Vitoria, una Cámara de la que os borraron a golpe de las
mismas balas que hoy aúpan a un condenado por terrorismo a ostentar la
representación pública de los mismos ciudadanos a los que ETA sometió durante
50 años.
Como sabes, hubo un
tiempo en que nos prometieron Justicia, e impulsaron una ley de
partidos que promueve actuaciones contra organizaciones políticas que busquen
utilizar las instituciones para honrar a quienes os mataron. Todo eso, Goyo, ha
quedado ya en papel mojado. Ni aquélla ley, ni las sentencias se
aplican. Sé que te dolerá, pero quien ha aparecido entregando el acta de
parlamentario vasco a Iker Casanova ha sido un compañero tuyo de partido. Sé
que para él no habrá sido plato de buen gusto; tampoco para mi, ni para Ana, ni
para tu madre, ha sido agradable ver tomar posesión de su cargo a un etarra que
justifica que estuvo bien mataros para cambiar la historia, para ocupar
vuestros sillones, y así, tan fácilmente, quitaros de en medio de esa la que
fue vuestra casa: el Parlamento Vasco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario