miércoles, 4 de febrero de 2015

Frente al yihadismo



¿Qué hacer frente al yihadismo?


Extractos del artículo de Javier Zarzalejos.

El Correo (10-1-2015)


Hasta el momento permanecen casi intactas las cuestiones clave que sigue planteando el atentado de París.

¿Hay una estrategia para afrontar ese desafío? ¿Se han definido con la suficiente concreción y medios las necesarias estrategias para prevenir los procesos de radicalización?

Hay un marco conceptual dominante todavía en muchos sectores políticos y de opinión que lastra la estrategia frente al yihadismo. Se niega el conflicto con el argumento de que el yihadismo es absolutamente minoritario dentro del islam.

Pero el conflicto existe y, sin duda, tiene un profundo componente civilizacional que se dilucida en el terreno de los valores básicos como son las libertades, la igualdad ante la ley, el Estado de Derecho, la democracia representativa, y la autonomía de la sociedad civil y de los individuos frente a la imposición totalizadora del islam. Las expresiones ridículas a las que llegado la extensión de lo políticamente correcto falsea y oculta la verdadera dimensión de esta amenaza y emite un mensaje de debilidad e indiferencia hacia la defensa de los valores que conforman nuestras sociedades –de las que los musulmanes ya forman también parte–, que constituyen una invitación a que los radicales sigan avanzando en ese camino de fanatismo antioccidental hasta llegar al estadio de la violencia.

Esta es una cuestión central porque el yihadismo es una amenaza global pero con anclajes locales, una inspiración exterior pero que encuentra eco en sujetos que han nacido y vivido, estudiado y crecido en las sociedades que atacan.

En Europa, el déficit de ciudadanía conduce al debilitamiento de las exigencias cívicas, movido por un equivocado sentido de la tolerancia. Las lealtades nacionales de carácter cívico se sustituyen por las identitarias de religión o grupo.

El eco que el yihadismo encuentra, no ya entre quienes deciden matar sino entre los muchos que simpatizan con ellos, es la expresión más preocupante de este vacío, del desarraigo cívico en el que el Estado de Derecho queda desalojado frente a la sharia. Después de identificarnos todos como ‘Charlie’, este debería ser el asunto al que tendríamos que empezar a dar respuesta.

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