Los partidos políticos saquean a los españoles
Luis María Ansón. El Mundo (21/02/2013)
400.000 cargos públicos hay en España, 200.000 en
Alemania, que nos duplica en población. La cifra resulta acongojante. Esos
300.000 cargos públicos que sobran y que se pagan a costa de sangrar a los
españoles con impuestos casi confiscatorios han sido creados por los partidos
políticos para colocar en ellos a sus parientes, amiguetes y paniaguados. Las
cuatro Administraciones, la central, la autonómica, la provincial y la
municipal, han puesto en marcha en los últimos años, cerca de 4.000 empresas
públicas, casi todas deficitarias, muchas absurdas o pintorescas. Eso sí, han
sido muy útiles para dar trabajo a los enchufados de los partidos políticos.
En 1977, las Administraciones contaban con 700.000
funcionarios y empleados; ahora, con 3.200.000, nombrados a dedo en parte
sustancial por los partidos políticos. Los contribuyentes pagan los sueldos,
las extras, los complementos, las vacaciones, los moscosos, los canosos, los
puentes, las ausencias por enfermedad u otras causas, la luz, la calefacción,
el aire acondicionado, el teléfono, los viajes de trabajo, las dietas, de esos
dos millones largos de funcionarios y empleados públicos que sobran.
Imposible concretar la cifra de automóviles oficiales
que las Administraciones se han adjudicado. Mientras Cameron en Inglaterra y
Hollande en Francia los han suprimido, incluso para los ministros, aquí se han
multiplicado de forma incesante y superan ya los 60.000. Los ciudadanos costean
la caravana interminable de los coches oficiales, sus seguros, la gasolina, el
mantenimiento y las reparaciones, amén de un número incontable de chóferes y
escoltas. En ciudades como Madrid el derroche automovilístico oficial clama al
cielo. Claro que peor es el número de edificios. Las Administraciones y los
partidos políticos se han adueñado de tal cantidad de palacios, palacetes,
mansiones, casas suntuosas, que resulta casi imposible cifrar los metros
cuadrados que deben pagar los contribuyentes, aparte mantenimiento, limpieza,
reparaciones, seguridad y vigilancia.
Por otro lado, los partidos políticos gastan sin tino.
Según la contabilidad oficial, y al margen de que existan o no cajas B, el
Partido Popular derrochó en el año 2011, la cantidad acojonante de 133.398.210
euros. Por las cuotas de los afiliados ingresó 12.303.879 euros y 2 millones
por donaciones. Es decir, el 90% de lo que gasta el Partido Popular es dinero
público, puro y duro. Y lo mismo, o muy parecido, ocurre con los otros partidos
y también con los sindicatos.
El ciudadano medio ha tardado en darse cuenta del
saqueo al que está sometido por los partidos políticos. Desde hace algunos
años, sin embargo, ha tomado conciencia de los abusos que se nutren de unos
impuestos crecientes y abrumadores. Está harto de pagar para que los políticos
se gasten su dinero en el derroche y la desmesura. Y eso sin entrar en el
capítulo de la corrupción que crece alarmantemente si bien no se puede
generalizar. La clase política española es muy mediocre pero no está corrupta,
aunque las excepciones empiezan ya a pasar de castaño oscuro.
El despilfarro incesante del dinero público, los
abusos de poder, la prepotencia desdeñosa caracterizan, hoy por hoy, a los
partidos políticos que saquean de forma inmisericorde a los españoles. Se han
convertido en el tercero de los diez grandes problemas que nos acosan. Deberían
ser una solución para los problemas. Para eso existen. Para eso articulan la
democracia pluralista. Se han convertido, sin embargo, no en una solución,
sino, repito, en uno de los graves problemas que agobian a los españoles.
Luis María Anson es miembro de la Real Academia
Española.
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