'Thanksgiving' versus 'Columbus Day'
Mª
Elvira Roca Barea.
Extracto
del artículo publicado por El Mundo (12-10-2019)
La
autora lamenta que los hispanos cada vez más numerosos en Estados
Unidos no afirmen con orgullo lo que representa el 12 de octubre y
que, en cambio, colaboren con entusiasmo a la destrucción de su
historia.
Es
difícil saber cuántos hispanos de entre los que viven en Estados
Unidos saben realmente qué es lo que se celebra el Día de Acción
de Gracias. En realidad es difícil saber cuántos son en total los
hispanos que hoy viven allí. Es una cantidad creciente y difícil de
precisar pero desde luego en absoluto insignificante. La cuestión
demográfica no
debe perderse de vista nunca cuando se afronta el problema de las
relaciones del grupo WASP, el angloprotestante, y el hispano-católico
en el interior de EEUU.
Si
preguntas a un alumno estadounidense de enseñanza media (sea WASP,
hispano, chino...) te dirá probablemente que el día de Acción de
Gracias es muy importante para Estados Unidos porque celebra la
supervivencia de los primeros que llegaron y usará los
términos pilgrims o settlers o
Massachusetts. No usará la palabra conqueror,
que pertenece en el universo mental anglosajón a la historia de
España y sólo a la historia de España. Los anglosajones nunca
conquistan. Se expanden dulce y suavemente (settlers)
por aquellos territorios que ocupan y la desaparición de las
poblaciones preexistentes es un accidente del destino. Es lo que nos
dice el vocabulario: pilgrims o settlers frente
a conquerors.
Pero lo cierto es que estos dulces pilgrims o settlers fueron
unos conquerors más
duros y eficaces que sus equivalentes hispano-católicos.
Nada
más llegar, estos dulces pilgrims acabaron
con la población nativa. El único indio que sobrevive en
Massachusetts está en el escudo del Estado. Muy pronto estos
dulces settlers se
convirtieron en hábiles cazadores de cabelleras e hicieron de esta
actividad un lucrativo negocio. Es más, era una práctica promovida
oficialmente por las autoridades. Desafío a cualquiera a encontrar
pruebas de que esta práctica monstruosa fue alguna vez no ya
promovida sino meramente consentida en los territorios del Imperio
español mientras éste existió.
Acorde
con la dualidad dulces settlers vs. horrid
conquerors,
el mundo de la imagen ha venido a lo largo de los siglos a reforzar
la superioridad moral del Thanksgiving frente
al Columbus
Day.
Definitivamente
es mejor quitar el Columbus Day y cortarle la cabeza a fray Junipero
Serra. Es mejor y más rentable. Los owners WASP serán agradecidos a
los fabricantes de esta cortina de humo. Ambos saben que lo que han
hecho sosiega las inquietudes y refuerza la autoestima del grupo WASP
dominante y al mismo tiempo sirve para ofrecer una cabeza de turco
que explique tan falsa como confortablemente la desaparición de las
poblaciones indígenas en California.
Lo
patético de
esto no es que los WASP busquen limpiar su conciencia sino la
sumisión con que los hispanos siguen los dictados del grupo
dominante y colaboran en el desprestigio de los orígenes de su
propia cultura. De ahí la importancia simbólica que todo esto tiene
y su potencial destructivo. A los hispanos les han hecho creer que
despreciando su origen español pueden alcanzar la redención y no se
dan cuenta de que los WASP son fuertes y poderosos porque nunca se
han dedicado a la destrucción violenta de una parte de sí mismos.
Eso les hubiera debilitado desde el principio, como ha debilitado a
los hispanos hasta desarrollar en ellos un sentimiento de pura
esquizofrenia con su historia. Por eso los WASP veneran a los que
llegaron en el Mayflowers y les rinden homenaje y no permitirán bajo
ningún concepto que nadie se atreva a solicitar la supresión de
esta fiesta. Estados Unidos se independizó de Inglaterra, sí, pero
sigue honrando cada año la llegada de los ingleses que, rodeada del
correspondiente aparato mitológico, consideran el origen de su
nación. Los hispanos en cambio colaboran con entusiasmo en la
destrucción de su historia y de su origen y no saldrán jamás de la
miseria de la subordinación cultural hasta que no sepan afirmarse
orgullosamente en lo que son: una cultura mestiza que habla español
y celebrar con alegría el origen de su mundo, el 12 de octubre de
1492. Como hacen los anglos con su Thanksgiving Day.
María
Elvira Roca Barea acaba
de publicar Fracasología.
España y sus élites: de los afrancesados a nuestros días,
obra con la que recientemente ha recibido el Premio Espasa 2019.
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