domingo, 5 de febrero de 2023

Estabilidad y paz social

 Estabilidad y paz social

Jose Bidaria

Una de las cuestiones fundamentales de toda sociedad es la búsqueda de una sana convivencia que haga posible la paz social. La paz social es fruto de una estabilidad lograda a pesar de los diferentes intereses y clases que existen en toda sociedad.

La búsqueda de esa estabilidad, a su vez, depende en buena medida, de la tolerancia que haga posible un equilibrio en todos los ordenes de la vida de una sociedad en sus diversas vertientes: económica, política, social, etc. Pero no es fácil conseguir ese punto de equilibrio en la tolerancia, pues existe el peligro de su descompensación por efecto de inercias de dominación de los diferentes grupos sociales, políticos o económicos debido a intereses contrapuestos. Veamos algunos ejemplos de los principales desequilibrios que afectan a la sociedad y que pueden ser causa de déficit en la tolerancia que de lugar a problemas en la convivencia y, en consecuencia, en la paz social.

Así, en el mundo de las ideas político-económicas la existencia de un capitalismo salvaje que no se preocupa de los más débiles, creando desequilibrio social o, su contrario, cuando el Estado es el dueño de los medios de producción y la productividad es escasa, trayendo mayores niveles de pobreza. En ambos casos, los niveles de pobreza en amplias capas de la sociedad crean desigualdades importantes que minan la convivencia.

Igualmente, en el propio campo político, se incurre en desequilibrio, por ejemplo, entre la deseada libertad y los límites a la misma, entre la libertad de prensa y su contraria, o entre los conflictos que surgen entre el centro (Gobierno central) y la periferia (Comunidades autónomas) o cuando las diferentes opciones políticas lejos de preocuparse por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos están más preocupados en controlar los poderes del estado, alterando el deseable estado de derecho, dando lugar a consecuencias imprevisibles al fomentar la corrupción, el sectarismo y, en última instancia, la convivencia.

De la misma manera, cuando bajo la escusa de una “deseada” homogeneización social, se altera intencionadamente el equilibrio existente en los grupos sociales, de forma sesgada y sectaria, en campos como la educación o la lengua, resintiéndose gravemente la tolerancia y la convivencia.

También contribuyen a alterar la convivencia la ausencia de mutuo respeto y de igualdad entre hombre y mujeres, tanto en derechos como en obligaciones.

En el campo socio-religioso la historia nos ha enseñado que también es difícil encontrar un punto de equilibrio entre las diferentes corrientes religiosas, algunas de las cuales, las radicales, cuentan con sectores importantes de población que tratan de imponer su modelo religioso a otros sectores sean de su propia sociedad o de otras sociedades ajenas. La ausencia de libertad de conciencia y tolerancia religiosa es un hecho histórico y así la convivencia queda alterada y con cierta frecuencia rota de forma violenta.

De todo ello se deduce que la búsqueda y logro de la necesaria tolerancia es indispensable para garantizar el equilibrio de los diferentes intereses sociales y ayudar a conseguir la estabilidad y la convivencia, indispensable para garantizar la paz de una sociedad libre. Verdades de perogrullo que conviene recordar.

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