El 'paraíso esloveno'
Desbarra Quim Torra con su vía eslovena y engaña con la invención de un país de leyenda, enraizado en la incultura y en el uso y abuso de la mentira histórica
Extracto del artículo de DANIEL
REBOREDO Miércoles, 12 diciembre 2018.
Las recientes declaraciones del presidente de la
Generalitat, Quim Torra, lo incluyen en el elenco de la necedad al
desconocer aquello de lo que habla y al estar impregnadas, al igual
que todo el discurso del catalanismo radical, de orgullo, prejuicio,
vanidad e incluso maldad si de verdad conociera lo que acaeció en la
pequeña república exyugoslava. Conviene recordar lo que allí
ocurrió para valorar su iniciativa. La República de Eslovenia se
declaró independiente el 25 de junio de 1991, tras un enfrentamiento
armado con las fuerzas armadas federales de Yugoslavia en un breve
conflicto denominado 'Guerra de los diez días' o 'Guerra de
Eslovenia', que provocó más de sesenta muertos y miles de heridos.
La idílica y pintoresca Eslovenia, con su flamante
panorama de la vida en la nueva Europa, sus esfuerzos de mejora, su
espíritu comunitario, fue la que los eslovenos nos transmitieron al
resto de los europeos. Pero lo que intentaron ocultar fue uno de sus
fantasmas recientes, la 'limpieza étnica administrativa de los
borrados', o lo que es lo mismo una de esas situaciones tan
habituales en los Estados que nacen de la noche a la mañana y en los
que, como Eslovenia, la homogeneidad étnica es clara, y que se
manifiesta en el repudio, la marginación y la expulsión de los
grupos minoritarios.
La muerte de Tito y la depredación de algunos
países europeos junto con Estados Unidos hicieron desaparecer
Yugoslavia. Pero tras el fallecimiento del dirigente yugoslavo, el
país se mantenía sin mayores conflictos y las leyes de la
federación preveían que cada ciudadano tuviera también una segunda
ciudadanía, la de la república en la que había nacido, además de
un tercer documento que certificaba la residencia en una de las seis
repúblicas. Sin embargo, el 26 de febrero de 1992, el nuevo Estado
decidió eliminar, mediante un procedimiento secreto y sin informar a
los interesados, del registro de residentes a todos los que no habían
solicitado la ciudadanía eslovena en los seis meses posteriores a la
independencia. Entre los miles de 'borrados', que a menudo
descubrieron por casualidad su nueva situación, había sobre todo
serbios, croatas, bosnios, macedonios, gitanos, pero también
eslovenos nacidos en el extranjero o en Eslovenia con nacionalidad
yugoslava y documentos sin regularizar.
La principal consecuencia de su eliminación del
registro fue que se convirtieron en residentes ilegales en el país,
dictándose contra muchos de ellos órdenes de expulsión que les
obligaron a abandonarlo, incluso hacia zonas de guerra como Croacia o
Bosnia. Al considerarlos extranjeros o apátridas sin derecho de
residencia permanente en Eslovenia, los 'borrados' no pudieron tener
legalmente un empleo, perdieron las pensiones, la asistencia médica
y el acceso a la educación. A pesar de que las presiones de la ONU y
de Amnistía Internacional consiguieron que la Corte Constitucional
eslovena condenara en dos ocasiones la ilegalidad y la
anticonstitucionalidad de la medida, imponiendo al Gobierno en 2003,
la obligación de recuperar la ciudadanía y los derechos de los
afectados, así como de indemnizarlos, los sucesivos ejecutivos de
Liubliana las obviaron cubriendo la cuestión con una pesadA losa de
olvido.
Qué fácil sería 'borrar' de un plumazo a más del
50% de la sociedad catalana no independentista. Quizás sea este el
sueño de Torra y el de otros incendiarios como los que hubo en
Yugoslavia. Qué fácil es despertar el odio y las cuentas pendientes
y convertir a pacíficos ciudadanos, intoxicados por la propaganda,
en seres terribles capaces de hacer barbaridades que nunca
imaginaríamos. Desbarra Torra con su vía eslovena, tropieza y
engaña con la invención de un país de leyenda, enraizado en la
incultura y en el uso y el abuso de la mentira histórica, proyectado
por mentes fanáticas impostoras, impositoras y necias que pretenden
que caminemos hacia un desastre que nadie cree que se pueda producir…
y que, si continuamos por este camino, se producirá, tal y como
ocurrió en aquella malhadada Yugoslavia destruida con la
aquiescencia de Occidente.