viernes, 31 de marzo de 2017

Dos visiones sobre el desarme de ETA


Saboreando.

Pablo Martínez Zarracina. El Correo 29-3-2017.

 
Ayer Arnaldo Otegi pareció confundir el desarme de ETA con la inauguración de la temporada de sidra, al definir con énfasis lo que ocurrirá el día 8 como algo que una organización ”creada en este país por la gente de este país” va a hacer “frente a este país y con la participación de este país".

Sucedió en una entrevista en Onda Vasca y Otegi pasó por alto que esa organización creada en este país por gente de este país se caracterizó por asesinar y extorsionar, también, a gente de este país.

El detalle dificulta el entusiasmo ante sus invitaciones a las que quizá haya que acudir, pero no con alegría sino con la mandíbula apretada: como un cirujano ante cualquier infección seria.

“Vamos a saborear también en términos políticos con respeto a todo el mundo sobre lo que va a suceder”, dijo Otegi. ¿Saborear? La nota de cata resultante será para verla: hierro oxidado, sangre, capuchas, testosterona, terror, desperdicio, un irremediable gusto a fanatismo.

 

 
TXETX (1)
 
 
Extracto del Artículo de Luis Haranburu Altuna. El Correo de 29-3-2017.
 
 
Poco o nada le resta a ETA de su anterior poder basado en el terror, pero aún aspira con cierta plausibilidad a determinar un relato que falsea su verdadero sino y perfil. En esa labor cuenta con la complicidad de la comunidad abertzale que tiende a creer en las ruedas de molino que la mitografía nacionalista se resiste a desarmar.
 
 
Desarmar en Euskadi significa no sólo inutilizar unas pistolas sino desmontar todas aquellas funestas creencias que armaron el brazo ejecutor de ETA; creencias que siguen vigentes y son compartidas por la cultura hegemónica que un día miró hacia otro lado cuando ETA asesinó, extorsionó y aterrorizó.
 
 
El verdadero desarme en Euskadi sólo se hará realidad cuando los postulados que dieron lugar a ETA se sometan a la cuarentena de la razón y al filtro de la convivencia democrática. El desarme sólo será una realidad cuando el nacionalismo asuma la pluralidad de la ciudadanía vasca y el imperio del Estado de Derecho. El imperio del principio de realidad que se aviene mal con la ensoñación victimista del país dominado.
 
(1) Jean-Nöel Etcheverry, alias “Txetx”, mediador civil en el desarme de ETA.